La Jagua, un apacible corregimiento ubicado a 10 minutos del municipio de Garzón (Huila).
La Jagua está inundada de brujas voladoras chismosas que pasan la noche en las cumbreras de las casas”, según por estas manifestaciones se ha vuelto famoso por las supuestas apariciones de esos ‘seres extraños’ de nariz afilada, que nunca apagan el tabaco, ríen a carcajadas y siempre usan el color negro para confundirse con la noche. Al Huila llegaron por la ruta del río Magdalena, pero llama la atención que de tanta tierra que tiene este departamento, se enamoraron de La Jagua paraíso por descubrir hoy “Somos una región rica en cultura tradicional, provenimos de pueblos ancestrales cargados de historia y tradición”.
Iglesia parroquial San Antonio de Paul
Conociendo la jagua
La Jagua ha ganado fama de ser un pueblo de brujas, debido a que allí hace muchos años –Cuando los indígenas no convivían con los blancos-, los brujos hechiceros del sur del país se concentraban para hacer rituales y conjuros.
En la actualidad su gente habla de la existencia dos clases de brujas: la hechicera y la voladora. Ellos consideran hechicera a las nativa que se ganan la vida adivinando el porvenir con la lectura del cigarrillo y el tabaco; y voladora, a la bruja que sienten irrumpir en los techos de las casas, como un estruendo similar a la descarga de un cúmulo de mangos.
Muchos pobladores aseguran que las brujas voladoras son inofensivas y se acercan a las viviendas sólo para escuchar lo que dice la gente. Las historias de brujas son incontables: según la leyenda, hace muchos años en la plaza principal fue quemada viva una bruja hechicera. Por esta razón, para que nadie olvidara el episodio, cerca de este sitio fue construido un empedrado con la figura de una voladora.